Los acondicionadores para el cabello se usan para disminuir la fricción, desenredar el cabello, minimizar el encrespamiento y mejorar la capacidad de peinado.
El acondicionador ideal es el que es capaz de restaurar la hidrofobicidad de la fibra (repulsión del agua) y neutralizar la electricidad estática del pelo.
Dependiendo de la capacidad de entrar en la fibra, el acondicionador puede llegar a la superficie de la cutícula o a la parte interna de la corteza. Las moléculas más pequeñas pueden llegar a la corteza. Las más grandes actúan sólo sobre la cutícula.
La vía preferida de difusión del acondicionador es la difusión intercelular o difusión a través de las regiones del pelo que no tienen queratina, aunque la difusión intracelular también puede ocurrir.
Los ingredientes del acondicionador con carga positiva son atraídos y se unen a la fibra capilar que está cargada negativamente. El objetivo es que ambas cargas se neutralicen formando un complejo neutro que repele al agua.
Los cabellos teñidos o tratados con químicos tienen una mayor afinidad hacia los ingredientes de los acondicionadores, porque tienen una carga negativa superior y son más porosos que el cabello virgen.
Las funciones del acondicionador son:
- Mejorar la capacidad de peinado
- Mimetizan la capa externa natural de lípidos (grasa) del cabello
- Restauran la hidrofobicidad o repulsión del agua
- Sellan la cutícula
- Evitan o minimizan el encrespamiento, al eliminar la electricidad (carga negativa) del pelo
- Aumentan el brillo, suavidad y manejabilidad.
Contienen 5 grupos principales de sustancias lubricantes: polímeros de silicona, aceites, ceras, aminoácidos hidrolizados y moléculas catiónicas.
Las siliconas son uno de los ingredientes más populares de los acondicionadores. Estas sustancias son polímeros resistentes al calor y proceden del sílice (dióxido de silicio) un elemento común en las piedras areniscas, arena de la playa y materiales naturales similares.
La dimeticona es la silicona más utilizada en la industria del cuidado del cabello. También es el ingrediente principal de los champús dos en uno. Otras son las aminosiliconas, siliconas, siloxisilicatos aniónicos y otros. Estas siliconas se diferencian entre sí por su grado de deposición y la solubilidad en un medio de agua, por lo tanto, actuan de manera diferente sobre el cabello. Algunas siliconas pueden incluso aumentar el brillo de la fibra capilar al reflejar la luz. La dimeticona tiene el efecto de proteger el tallo del pelo de las acciones abrasivas, mientras que loa siloxisilicatos aumentan el vello corporal.
Los polímeros de polisiloxano puede re-cementar el pelo, levantado escamas de la cutícula y evitar daños por calor.
Las dimeticonas repelen mejor el agua, por lo que se absorben mejor en cabello virgen (no teñido).
Los hidrolizados de proteínas, en particular aquellos con peso molecular bajo, se utilizan para proteger el cabello contra el daño químico y ambiental.
Muchos tipos de hidrolizados de proteínas proceden de plantas y animales, tales como los hidrolizados de queratina obtenidos a partir de pezuñas, plumas, cuernos y lana que se incorporan a los acondicionadores con queratina. La proteína hidrolizada derivada se deposita en las escamas de la cutícula, y ayuda a sellar la cutícula. Además, como los aminoácidos hidrolizados de las proteínas están cargados positivamente, es posible que la carga negativa del cabello dañado atraiga a las moléculas cargadas positivamente neutralizándose las cargas eléctricas y disminuyendo el encrespamiento y la fricción.
Algunas industrias han desarrollado productos que utilizan un complejo de aminoácidos de origen no animal como derivados de proteínas de trigo, de maíz y de soja para imitar la composición natural de la queratina. Sin embargo, la queratina es una proteína insustituible en relación a sus propiedades mecánicas y de protección.
